Pocos son los casos de las marcas que sobreviven al paso del tiempo. En una industria donde lo que prima es lo novedoso, la inmediatez y las marcas “fast fashion”, hacer historia es complicado. Y rara vez un legado de 147 años sobrevive, además, con una historia fantástica que contar. No es el caso de William Penhaligon, un peluquero británico que alrededor de 1870 lanzaba su primera fragancia Penhaligon’s Hammam Bouquet, inspirada en el aura de los baños turcos. Así daba comienzo una tendencia narrativa que muestra la pasión y la creatividad detrás de cada aroma.

La colección Penhaligon’s Portraits encuentra sus orígenes en referencias de personajes icónicos, en sus vidas, sus amores y, por supuesto, sus aventuras. Así, cada fragancia se convierte en un elemento único, al igual que el personaje que retratan.

Lord George: tradicional y honorable en extremo, su fidelidad al rey y al campo es determinante. Su aroma es masculino y elegante con solo un toque de ron; una fragancia para un hombre con un aroma que perdura en el tiempo.

Lady Blanche: una imagen de devoción, encanto e intenciones criminales. Una mariposa social con un toque malvado oculto. Su perfume es refinado y delicado, pero hace sentir cada nota olfativa para que no te olvides de ella.

The Duke: exquisitamente omnipresente, un dandi decadente, un ídolo completamente encantador. Su fragancia es floral y con intensas notas de rosa y cuero. Un aroma equiparable al ying y al yang, hedonista pero elegante.

Duchess Rose: Una rosa fresca y dulce, lista para la cosecha. Su aroma es tan puro como la primera lluvia, tan crujiente y chispeante como una copa de champagne Rosé helado. Una fragancia llena de inocencia, combinada con notas amaderadas que parecen revelar algo más sensual.

Clara: Clandestina, rebelde y arriesgada. La máxima feminista de su tiempo. Una esencia embriagadora con ambarina oriental. Clara solo confía en ella. Es voluptuosa, pero sin ser autoritaria; femenina sin ser excesivamente femenina, e independiente pero disciplinada.

Rutherford: Gloriosamente decadente y travieso. Disfruta la diversión sin responsabilidad, de la libertad sin miedo, y del dinero sin obligación. Su aroma tiene la esencia del final de la noche. Un aroma cálido y suave de tabaco con miel; mezclando con maestría placer y decadencia.

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